La ciudad de Cuenca, en Castilla La Mancha, es uno de los rincones con mayor encanto natural y arquitectónico de toda España. En este sentido, cada año, recibe la visita de miles de turistas ávidos por conocer sus famosas e internacionales Casas Colgadas. Sin embargo, este importante destino turístico ofrece otros muchos lugares que merece la pena descubrir en profundidad.
Todo su territorio se asienta en el espacio comprendido entre las hoces de los ríos Júcar y Huécar, y por razones obvias, gracias a su riqueza monumental, obtuvo el reconocimiento como ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1996.
Para conocer su casco histórico, tan solo tienes que sumergirte en el corazón de la serranía de Cuenca. Una vez te encuentres en él, quedarás seducido por sus coquetas calles empedradas, que son un auténtico remanso de paz para todo aquel viajero que busca huir del estrés y el agobiante ruido de las grandes urbes.
A continuación, en buviba te mostramos algunos enclaves imprescindibles que no debes perderte a la hora de visitar Cuenca, sacando el máximo partido a tu estancia en tierras manchegas.
Resumen
Mirador del Parador y convento de San Pablo
Desde la parte más alta de esta atalaya en la que se sitúan estas dos destacadas construcciones se obtienen, posiblemente, unas de las mejores vistas de la ciudad de Cuenca.
El convento de San Pablo, que data de la segunda década del siglo XVI, es actualmente el Parador de Turismo de Cuenca. Además, su iglesia anexa fue reconvertida en un interesante museo de arte bajo el nombre de Espacio Torner.
Puente de San Pablo y Casas Colgadas
Uno de los rituales turísticos más recurrentes en la capital conquense consiste en cruzar el puente de San Pablo. Se trata de una sólida estructura de hierro del año 1902, que descansa a 60 metros de altura sobre el río Huécar. No apto para personas con vértigo.
Además, otra de las paradas imprescindibles de este itinerario tiene lugar en las reconocibles Casas Colgadas, las construcciones por excelencia entre todo lo que hay que ver en Cuenca. En la actualidad, únicamente se conservan tres de ellas y en su interior se ubica el Museo de Arte Abstracto Español.
Torre de Mangana y catedral de Santa María y San Julián
Sin ninguna duda, la Torre de Mangana es uno de los miradores más atractivos y completos de Cuenca, puesto que ofrece unas increíbles vistas panorámicas del río Júcar y la llamativa naturaleza que bordea toda la ciudad. En definitiva, se presenta como uno de los colosos de esta ciudad manchega y una de sus localizaciones más icónicas.
A pesar de la relevancia de este emplazamiento, no podemos pasar por alto la majestuosidad de la catedral gótica de Santa María y San Julián, que domina todo el entorno de la Plaza Mayor de Cuenca. Curiosamente, esta construcción parece una peculiar combinación arquitectónica de diferentes estilos, fruto de las numerosas intervenciones aplicadas sobre sus paredes con el paso de los años. De hecho, su fachada principal se derrumbó en el siglo XX y tuvo que ser levantada de nuevo siguiendo su concepción inicial.
Barrio del Castillo
Por último, el broche de oro de esta ruta por Cuenca llega de la mano del Barrio del Castillo, al que se accede a través de las calles de San Pedro y Trabuco. El origen de su nombre reside en las ruinas de una fortificación del siglo XIII, que aún mantiene en pie parte de su muralla original.